EN EL CAMINO DE LA RIBERA DEL DUERO

EL VENTORRO EN EL CAMINO… DE LA RIBERA DEL DUERO


«Vida sin fiestas es como largo camino sin posadas» (a partir de un pensamiento de Demócrito de Abdera).
Venta, ventorro y ventorrillo se refieren a establecimientos o edificios de arquitectura popular de antigua tradición, situados originalmente en caminos o despoblados, y luego en carreteras y zonas de servicio, ofreciendo servicio de comida y hospedaje a los viajeros, y pueden asociarse a otros establecimientos de carácter histórico como los mesones o las posadas

.Las ventas del Quijote
…anduvo todo aquel día, y, al anochecer, su rocín y él se hallaron cansados y muertos de hambre, y que, mirando a todas partes por ver si descubriría algún castillo o alguna majada de pastores donde recogerse y adonde pudiese remediar su mucha hambre y necesidad, vio, no lejos del camino por donde iba, una venta, que fue como si viera una estrella que, no a los portales, sino a los alcázares de su redención le encaminaba. Diose priesa a caminar y llegó a ella a tiempo que anochecía.

La venta andaluza de Bécquer
…hay entre otros ventorrillos célebres uno que, por el lugar en que está colocado y por las circunstancias especiales que en él concurren, puede decirse que era, si ya no lo es, el más neto y característico de todos los ventorrillos andaluces. Figuraos una casita blanca como la nieve, con su cubierta de tejas rojizas las unas, verdinegras las otras, y entre las cuales crece un sinfín de jaramagos y matas de reseda. Un cobertizo de madera baña en sombra el dintel de la puerta, a cuyos lados hay dos poyos de ladrillo y argamasa. Empotradas en el muro que rompen varios ventanillos abiertos a capricho para dar luz al interior, y de los cuales unos son más bajos y otros más altos, éste en forma cuadrangular, aquél imitando un ajimez o una claraboya, se ven de trecho en trecho algunas estacas y anillas de hierro que sirven para atar las caballerías. Una parra añosísima, que retuerce sus negruzcos troncos por entre el armazón de maderos que la sostienen, vistiéndolos de pámpanos y hojas verdes y anchas, cubre como un dosel el estrado, el cual lo componen tres bancos de pino, media docena de sillas de anea desvencijadas y hasta seis o siete mesas cojas y hechas de tablas mal unidas…
Gustavo Adolfo Bécquer (1862)

La venta de Cidones
La venta de Cidones está en la carretera
que va de Soria a Burgos. Leonarda, la ventera,
que llaman la Ruipérez, es una viejecita
que aviva el fuego donde borbolla la marmita.
Ruipérez, el ventero, un viejo diminuto
—bajo las cejas grises, dos ojos de hombre astuto—,
contempla silencioso la lumbre del hogar.
Se oye la marmita al fuego borbollar.(…)
La venta se oscurece. El rojo lar humea.
La mecha de un mohoso candil arde y chispea. (…)
Cerró la noche. Lejos se escucha el traqueteo
y el galopar de un coche que avanza. Es el correo.
Antonio Machado