ENOTURISMO: VIVIR UNA HISTORIA EN PRIMERA PERSONA

Resulta que el vino es un tesoro que da la tierra, es arte que se realiza en las bodegas y se disfruta para compartir un buen rato en la mesa con quien nos dé la gana.

El vino –siempre con moderación– mola porque está bueno y ameniza momentos.

Está en una tarde con amigos, en un concierto de música en directo o regando una cocina casera para chuparse los dedos.

Es parte del día a día de la gente normal.

A mí, por ejemplo, una copa de vino me recuerda la cocina de mi madre, los caprichos culinarios de mi padre y a épicas reuniones de amigas después de un tiempo sin vernos. Y te prometo que lo último en lo que pensábamos en ese momento era en meter la nariz en la copa antes de beberlo.

..Y ahí está la gastronomía, siempre, en todos los lugares y con sus características diferenciadoras…allá donde vayas prueba sus platos acompañados siempre con vinos del lugar.

Hay personas  que han descubierto ese tesoro y lo mejor es que, una vez que lo descubren… el enoturista quiere más.

Y allí se planta. Sin más!!!

No es un experto en taninos. Ni un sommelier con súper olfato y gusto refinado. Ni todos entienden de términos técnicos, saben lo que es el coupage o se atreven a decir en voz alta a qué les recuerda el tercer tinto que acaban de catar.

Les interesa el mundo del vino y lo quieren disfrutar. Y ya está.

Es, simplemente, un viajero al que le gusta el vino. Quiere experimentar sensaciones, divertirse y llevarse algo nuevo con él.

Por lo tanto, nuestra bodega y nuestros hoteles, pueden hacerle feliz. Lo tiene todo.

Siempre da más de lo que esperan de tiLarry Page, cofundador de Google.

Linaje Garsea lo cuenta de una forma amena y atractiva que realmente conecte con él y con sus valores.

No te aburrirás…

Somos acogedores y sencillos con nuestro público. Queremos ser nosotros mismos, sin parafernalias ni avalancha de tecnicismos, como siempre, cercanos…

El enoturista que se acerca a nuestra bodega, lo toma con naturalidad y quiere probar la magia de cada rincón, viñedo, depósitos, barricas…de cada vino, aprendiendo, sin complicarse demasiado la vida y lo conseguimos ¡le fascina todo lo que le rodea!

Te lo contamos con nuestra propia voz, radiante de personalidad, pasión e historia:

Gabriel era nuestro abuelo. El abuelo…

Labrador de los de antes, de los siempre…

Con una vida, su vida dedicada al campo. Tenía en la cara las arrugas, que el sol y el viento dejaron como recuerdo de las infinitas horas dedicadas a cuidar las viñas.

Nuestro padre Gabriel, aprendió el trabajo de su padre y el amor por el trabajo bien hecho.

Y aquí nos encontramos nosotros intentando conocer los secretos de las viñas, el arte del vino, de generación en generación…

Cuando marchó, el abuelo pensó que no todo estaba perdido!

Cuando nos dejó mi padre, la lección estaba casi aprendida….

…y ahora lo intentan con su ayuda, nuestros hijos…

Los recuerdos y las historias nos hacen sentir vivos y nos inspiran, ven y te lo contamos…

Os esperamos para sentirlo en primera persona!